¿Puedo ser feliz y no tener éxito?
Ser feliz y tener éxito es algo a lo que todo el mundo aspira pero que no siempre se consigue, pudiendo generar frustraciones
La gran mayoría de las consultas que atiendo en los procesos de coaching tienen relación con uno o ambos aspectos; la felicidad y el éxito que en numerosas ocasiones se utilizan como sinónimos.
Muchas personas relacionan ser feliz con tener éxito y si no consiguen los objetivos profesionales y el estilo de vida que se han propuesto se sienten fracasadas e infelices. Una de las primeras cuestiones que trabajo con ellas es definir exactamente qué se entiende por felicidad y por éxito para entender que no son sinónimos.
Ser feliz y tener éxito no son sinónimos
¿Qué entendemos por ser feliz?
La felicidad es un sentimiento que nace de lo más profundo de la persona y al mismo tiempo una determinada actitud ante la vida.
¿Qué significa ser feliz?
Como explico en el video, muchas personas asocian la felicidad con tener unas relaciones satisfactorias, una pareja estable, un buen trabajo que les permite ganar mucho, la casa de sus sueños y llevar un estilo de vida determinado.
Por tanto, si no consiguen cumplir esas expectativas se sienten frustrados e infelices. Es decir, definen su nivel de felicidad con las cosas que tienen o las actividades que realizan. Son personas que se identifican con su profesión, sus relaciones y sus bienes materiales y, cuando alguno de estos aspectos fallan, se sienten infelices.
La felicidad depende únicamente de ti. Es una actitud y una decisión que tomas en cada momento de tu vida
¿Se puede ser feliz y estar triste?
Para responder a esta pregunta, tenemos que diferenciar entre SER y ESTAR. Ser hace referencia a cómo es la persona, a su carácter y manera de entender y de afrontar la vida; por tanto nos está hablando de la actitud.
Por el contrario, ESTAR hace referencia a un estado de ánimo como respuesta a un hecho puntual. Y, como toda emoción, es algo temporal que no nos proporciona información relevante de la persona.
Pongamos un ejemplo, una persona puede ser feliz y sentirse triste porque recibe una mala noticia o enfadada porque la han criticado injustamente. La tristeza y la rabia que pueda sentir son emociones que responden a un hecho concreto, pero su actitud ante la vida, el rasgo de personalidad que la define sigue siendo la felicidad.
La persona feliz sentirá las emociones de tristeza o de rabia pero no se quedará anclada en ellos sino que buscará soluciones a los problemas que se le planteen y seguirá enfocada en los aspectos positivos de su vida.
La persona feliz se mantiene enfocada en los aspectos positivos de su vida y no se queda anclada en la queja o el victimismo
¿Qué relación tiene la felicidad con el éxito?
Al contrario de lo que a menudo se piensa, éxito y felicidad no son sinónimos. Una persona puede ser feliz y no tener éxito y una persona puede tener éxito y no ser feliz.
Ya he comentado que la felicidad es una decisión personal y una actitud ante la vida y que, por tanto, depende de uno mismo y no de factores externos.
Por otro lado, cuando hablamos de éxito, deberíamos definir qué entendemos por ser una persona exitosa porque ese criterio va a depender mucho de cada persona y de sus intereses, prioridades, expectativas y valores.
El éxito es algo subjetivo
Para unas personas el éxito puede ser tener poder, reconocimiento social y ganar mucho dinero y para otras llevar una vida tranquila, trabajar en causas sociales que les hagan sentirse realizados o cuidar a su familia.
Por tanto, el éxito tampoco depende tanto de resultados externos como de sentirnos realizados, de sentir que estamos cumpliendo con nuestra misión, con nuestro por qué.
Conozco muchas personas que son consideran exitosas por gozar de cierto estatus social, por ocupar altos cargos en sus empresas o por tener mucho poder. Personas que son admiradas en su entorno e incluso envidiadas pero que en cambio ellas se sienten vacías y afirman que su vida no tiene un propósito.
Y también sé de personas que se consideran a si mismas exitosas a pesar, tal vez, de no llegar a fin de mes o de no tener una vida «perfecta» porque sienten que su vida tiene un propósito, que está alineada con sus valores y que tienen una visión de futuro. Puede que trabajen en una ONG, que sean amas de casa o que tengan un trabajo que no les guste pero que dediquen parte de su tiempo libre a ayudar a los demás.
Cuando sentimos que nuestra vida tiene un propósito nos sentimos plenos, exitosos y felices
Siempre hemos oído que el dinero no da la felicidad, nos proporciona seguridad, una vida más cómoda, puede hacer que nos sintamos contentos porque podemos darnos los caprichos que deseemos pero si nuestra felicidad sólo está basada en la satisfacción de nuestros placeres, a medio plazo, sentiremos un vacío interior y una profunda insatisfacción que intentaremos llenar con más bienes materiales entrando en un círculo vicioso que no hará otra cosa que incrementar esa insatisfacción.
Por tanto, como podéis ver, ser feliz y tener éxito en la vida está íntimamente realizado con una de las necesidades de todo ser humano: sentir que su vida tiene un propósito. Cuando conocemos nuestro por qué y actuamos en consecuencia nos sentimos autorrealizados y plenamente satisfechos con nosotros mismos.
Ese es el mayor éxito que cualquier persona puede alcanzar, ese sentimiento es tan poderoso que nos llena de felicidad, nos proporciona una vida plena y nos permite desarrollar un pensamiento optimista de profunda confianza en nosotros mismos y en el futruo.
Para lograr ser feliz es preciso trabajar en tu conocimiento y hacerte las preguntas adecuadas que te permitan encontrar tu por qué. Mi #MétodoLideraTuVida te acompaña en ese proceso de autoconocimiento y de realización personal.